ancestros

HOMENAJE A MIS ANTEPASADOS

domingo, 18 de agosto de 2019

Historia de un gonzalito

*CONTANDO CCUENTOS*


Ese día el gonzalito llegó al árbol donde tejía junto a la bella hembra un hermoso nido de paja en forma de saco y le dijo  “-creo  que nos equivocamos de sitio, por aquí hay muchos otros turpiales y cuentan muchos chismes cuando cantan con sus  trinos,” a lo que su mujer respondió “¿y en qué te afecta eso? A lo que el gonzalito respondió: “-Si el nido de mis polluelos queda mal tejido se burlarán con sus trinos. “- para mí lo importante es darle un hogar a nuestros hijos, no le pongas atención a los trinos de los demás turpiales” respondió la gonzalita. El gibzalito hizo caso a su pareja y siguió teniendo dejando el hogar de sus polluelos  Perfecto, así se subieron a una rama y comenzaron a cantar, los demás turpiales se acercaron para hacer una sinfonía de trinos. Gonzalito aprendió a trabajar sin escuchar las críticas malsanas de los pájaros envidiosos.

martes, 13 de agosto de 2019

Un mito aborigen cuenta como ocurrió el big bang.

¿Una leyenda transformada? ¿Sabiduría precolombina? No podría decirlo, pero es una historia alucinante que nos lleva a creer que los Muiscas, pueblo originario de los Andes y con raíces en el Caribe tenían conocimientos que aún hoy son novedosos, aunque aceptados por físicos, astrónomos y estudiosos de los orígenes del universo.

Habla leyenda de un tiempo en el que sólo existían los sueños y la imaginación, era el tiempo de Unquyquie Nxie, de lo intangible, pero un día Bagué, la madre creadora, en la que estaba todo despertó y de sus pensamientos y se encontró con el padre creador Chiminigagoa con quien danzó al ritmo del primer tambor que se escuchó en la creación y después de abrazarte procrearon a   los espíritus creadores del universo, Bachue, Cuchavira, Chibchacum, Bochica y Nemcatacla, quienes  también cantaron y bailarón  con la fuerza de los sueños del padre.

Llegó un momento en el que  la madre pidio a sus hijos que los cantos no fueran más cantos, sino que a partir  de todo lo soñado crearan la palabra y la vida y fueron tan fuertes las danzas que se creó la materia y fue entonces cuando vertieron  la luz en una gran vasija y  la fuerza creadora y se produjo  resplandor de un dorado tan fuerte que al u  explotó enviando las semillas de todo lo que existe hasta los confines del universo continuando las semillas la danza creadora y formando la gran e espiral.  Bochica se fusionó con la semilla y dió a luz a Su, el sol y a Chía, la Luna.
¿No les recuerda esta historia ancestral la teoría del big bang? Una gran explosión causada por dos fuertes energías cósmicas, la de la luz y la de la materia concentradas en una pequeña vasija hicieron generar una reacción en cadena que dio origen al universo. Los Muiscas fueron un pueblo que manejaron  ciertos conocimientos astronómicos, pero no tan avanzados como los Mayas o los Incas. Crearon un calendario basado en los ciclos de la luna con meses de 21 dias y años de 354.. 

El mito además cuenta que una vez creada la materia Bagué tomó sus hilos y tejió una mochila en la que una de sus hijas, Bachué tomo hojas de coca para masticarlas y pensar en la creación de su compañero y guardián y mientras esto ocurría se materializaban las lagunas, los arroyos, las montañas y todo lo que existe sobre la tierra, surgió así la madre tierra que luego se sumergió en la laguna convirtiéndose en una serpiente. 

Estos mitos han sido transmitidos oralmente por sabios y chamanes en narraciones que difieren en ciertos detalles, pero siempre coincidiendo en los personajes y en su escancia. Lamentablemente los pueblos originarios fueron sometidos por los conquistadores y su cultura permaneció proscrita por siglos, de allí que no podamos dar fe de la exactitud  de las historias y de su origen, pero algo nos dice que los Muiscas sabían dmucho más de lo que pensamos.  

Mario Restrepo, el Niño del trompo

*ANCESTROS*

El próximo 15 de agosto estaría cumpliendo 95 años mi padre Mario Restrepo, quien a los tres años de edad perdió a su padre Mariano  y se crió junto a su madre Doña Flavia Echeverri y cinco hermanas que como decía un recordado amigo eran las encargadas de la educación de los hermanos menores en esas grandes familias antioqueñas en las que las proles eran de más de seis hijos y en oportunidades llegaban hasta veinte. 

Mi abuelo, arriero de origen y hacendado de vocación,  fue dueño de tierras en el Quindio  y según cuentan las vendió cuando se vio enfermo después de un aparatoso accidente de tránsito. que  fue el primer arroyaniento que hubo en su pueblo; al verse enfermo con el producto de la venta de sus tierras se dedicó a comprar casas para dejarle a mi abuela, porque era su pensamiento  que “a una  viuda no se le deben dejar fincas sino llaves”. Afortunadamente eso hizo que mi abuela pudiera educar y alimentar a sus hijos sin verse en la necesidad de usar el hueso comunitario que pasaban los vecinos de casa en casa para poder hacer la sopa.  

Entre los inquilinos de Doña Flavia había un carpintero que tenía su taller a la vuelta de la esquina de la casa de los Restrepo, contaba mi tía Fany que un día, hace noventa años, cuando mi padre apenas tenia cinco años fue a donde el carpintero a plantearle un negocio: quería comprarle un trompo de madera, pero no tenía suficiente dinero,  así que le preguntó al inquilino de su mamá: “maestro ¿por cuanto me hace un trompo poniendo yo la piola?”

Setenta y tres años vivió el niño del trompo, a quien de adolescente lo enviaron a estudiar en Medellín, después a Estados Unidos a hacer su carrera universitaria y luego como profesional a el Valle del Cauca y finalmente a Venezuela donde dejó su aporte cómo agrónomo en Portuguesa, Barinas y Táchira, pues igual que su padre la tierra siempre fue su pasión.

lunes, 15 de julio de 2019

Pachuva 100.0

Aveces quisiera pedirle al cielo que te deje salir para volver a abrazarte; pero no te pido que regreses porque nunca te fuiste, te quedaste  entre nosotros por siempre. Nos mostraste la bondad a través de tus ojos y el amor fue tu mejor regalo; doy  gracias a la vida por haberme permitido ser parte de tu historia, por haberme dejado conocer tu sensibilidad, tu fe, tu sabiduría y  tu ejemplo. He seguido sintiendo   tus abrazos, tu voz dulce y tu sonrisa alegre, porque sigues con nosotros. Nunca  te marchaste y nunca te irás porque personas como tu trascienden a la vida; la energía suprema del amor nunca se extingue y por eso  siempre vivirás entre nosotros ¡Te amamos Pachuva!

martes, 26 de septiembre de 2017

Fanny Restrepo o los santos no van al baño.

98 años es casi un siglo, fue el tiempo que duró la travesía por estas tierras de Fanny Restrepo, la menor de mis tías y la más querida, no porque las demás no lo fuesen, que también lo eran, pero Pacha o Pachuva, como le llamábamos fue lo más cercano a la encarnación del amor que he llegado a conocer. Podríamos hasta decir que fue una santa, pero ella no dudaba en decir que también tenía sus lujurias, por cierto nadie nunca llegó a conocérselas y me imagino que no pasaban de un pensamieno inocente o de admirar el físico de algún árbitro viendo en la televisión un mundial de futbol: "que lancha de árbitro" decía.

Pacha era muy sensible, pero nunca la vi llorando de tristeza, al contrario muchas veces la vimos llorando de alegría, lloraba viendo el zorro, decía mi padre aludiendo a la serie de televisión que en su estadía en Venezuela veía con nosotros todas las tardes. Era golosa y buena en las artes culinarias, cómplice segura de las enguandas de mi padre en la cocina, cuando le preguntaban por los ingredientes decía: "con amor mijo, con amor".

Además de su ejemplo de bondad y de la fe que heredó de mi abuela ella nos dejó una enseñanza que personalmente he puesto en práctica y que se ha convertido en la llave de la felicidad para mí: "a la gente hay que aceptarla como es", y les digo aceptando a los demás como son no solo se genera felicidad para quien se acepta, sino que esa felicidad le toca a quien acepta al otro.

 Tuve la experiencia de darle clases a una joven Policiaa  que llegaba a clases prevenida para el rechazo, aveces llegaba golpeada, su apariencia era poco femenina y hacía gala de ello para demostrar fortaleza, los demás profesores no podían con ella y simplemente la ignoraban  o la enfrentaban agrediendola, pero siempre rechazándola, yo recordé las palabras de mi tía y sin preguntarle motivos por su carácter  le demostré mi aceptación y a partir de allí se convirtió en una de mis mejores alumnas, siempre presta  a colaborar, simplemente necesitaba ser aceptada.

Este es un sencllo, pero muy sentido homenaje a Pachuva que no quiero cerrar sin contarles una anécdota de su vida familiar; contaba mi abuela que tuvieron un pariente que era casi un santo,  nació un 24 de diciembre, dedicó su vida a la oración y a la caridad cristiana, muy bien podría yo decir a manera de hipérbole que ese Semana Santa se le manifestaban los estigmas de la pasión de Cristo, pero lo cierto era que ayudaba al cura en las procesiones, el pariente murió exactamente a los 33 años un viernes santo, mi tía una vez escuchando a su madre orgullosa contando la historia dijo con su acento muy antiqueño unas palabras que pasaron a ser célebres en mi casa: "santo que caga y maldits sea".





domingo, 30 de noviembre de 2014

El hijo de Bolívar

Un viejo refrán español dice que a quien Dios no le da hijos el diablo le da sobrinos. De Simón Bolívar, el libertador no se sabe que haya tenido hijos; sin embargo se conoce que tuvo un sobrino con quien tuvo una relación muy cercana, apareciendo en algunos documentos como su hijo adoptivo, se trata de Fernando Bolivar Tinoco, hijo reconocido de Juan Vicente Bolivar Palacios hermano del libertador y Josefa María Tinoco.

El padre de Fernando murió en 1811 cuando este solo contaba con un año de edad, su tío Simón se hizo cargo de su educación, en 1822 le envió a estudiar a Estados Unidos, allí cursó estudios en la Universidad de Virginia, regresó  a Caracas en 1928 desde donde se trasladó luego a Bogotá para ser secretario privado de su tío. Se dice que Fernando tenia un gran parecido físico con el libertador quien lo instituyó heredero en su testamento. Curiosamente hay una fotografía de Fernando de quien dicen tenía un gran parecido físico con su tío Simón.

El historiador José Manuel Restrepo conoció al Simón Bolívar con quien Fernando compartió durante los años de la presidencia y lo describía como "un hombre festivo y franco en extremo pero  no perdía la sobriedad". De Fernando no es mucho lo que se sabe, hizo carrera diplomática y luego regresó a Venezuela a las tierras que le dejó en herencia su tío. 


miércoles, 29 de octubre de 2014

Edgar Poe Restrepo

Contaba mi padre que a su regreso a Medellín  de Estados Unidos se reunió una noche con un grupo de amigos a tomarse unos aguardientes y a recordar viejos tiempos, en la conversación salió el recuerdo de un amigo fallecido durante su ausencias, alguien que según decían ellos nació para ser poeta, pues cuando lo bautizaron lo llamaron  Edgar Poe Restrepo. Recordaron sus versos y lloraron su prematura partida, pues aún siendo unos años mayor que el se fue de este mundo a los 23 años. La nostalgia fue tan grande que el grupo de amigos decidió, aún siendo noche y aún estando muerto el amigo ir a su última morada en el cementerio de la ciudad; como es lógico las puertas estaban cerradas, así que decidieron escalar la verja del campo santo y para ello tuvieron que ayudarse unos a otros uniendo las manos para servir de peldaño al otro compañero, pero al llegar al último quien era mi padre no había quien pusiera el peldaño, así que se quedó en la calle, allí alcanzaba a escuchar a sus amigos recitando frente a la tumba del poeta las versos que en vida había escrito. 

Bromista como era mi padre al escuchar a uno de sus amigos recitando en voz alta la estrofa de un poema escrito por su amigo en el lecho de muerte y que decía algo así como : "Aquí voy a dormirme con párpados de bronce, y a unir mi corazón con aquel firmamento de  la que si besóme, nunca la tuve mía. Con estrellas llorosas y pájaros y nubes he de tejer la escala, sendero de los ángeles... ", se imaginó entonces escondido detrás de la tumba respondiéndole con voz de ultratumba  que estaba esperándoles  para pronto. Así que atisbando en los alrededores vio que por la calle del frente venía otro cristiano ebrio y no dudó en llamarlo haciendo señas con sus manos y le dijo susurrando mostrándole la reja del cementerio: "amigo, no puedo entrar, porque no me ayuda a saltar la verja". El hombre lo miró con cara de terror seguramente imaginando que se trataba de un muerto que quería volver a la tumba y echándose bendiciones salió corriendo. Siempre que contaba esa historia mi padre decía, ese hombre debe estar aún contando la historia del día que un muerto le habló en las afueras del cementerio de Medellín. 

Edgar Poe Restrepo murió a los 23 años se le recuerda no sólo por su poesía, sino además por ser  el autor de la letra del himno de la Universidad de Antóquia, donde estudio derecho. Nació en 1919 y dejó una amplia obra poética, se dice que hay en ella un patético halo de tragedia,  pues fue escrita en su lecho de muerte.